Cada vez son más conocidos los beneficios de añadir almidón resistente a nuestra dieta. Se trata de un tipo de almidón que no se digiere en el estómago o el intestino delgado, sino que llega intacto al intestino grueso, donde nuestras bacterias se darán un festín (efecto prebiótico).
Para saber más sobre este tipo de almidón podéis echar un vistazo a los blogs www.fitnessrevolucionario.com, www.etselquemenges.cat o www.evamuerdelamanzana.com.
Algunas fuentes son: patata (cocinada, enfriada y ligeramente recalentada o fría), arroz (idem), chufa (¡y horchata!), harina de plátano verde o almidón de patata.
Hay que introducirlo poco a poco para evitar que nos siente mal, y una manera perfecta es, cómo no, en un smoothie. Hace un tiempo que añado almidón resistente a mis mezclas matutinas (1 cdta), pero hoy he probado la harina de plátano verde y está riquísima. Tiene además las fantásticas propiedades del plátano.
Base:
- 1 taza de espinacas
- 1 taza de kale
- 1 taza de calabacín congelado
- 1/2 plátano
- 1 cucharada de lino
- 1 cucharada de cáñamo
- 1 cucharada de harina de plátano (esta es de@iswariofficial)
- 1 cucharadita de espirulina
- agua
Arriba: arándanos, coco, nibs de cacao y chía.